Los perros obedientes:

Si la noche nos ladra, en cada esquina, cada cuadra,

La vida es tan triste y hay tanta mala racha que se atasca,

Y se enfrentan a nosotros con el nudo en la garganta,

Son los traidores, son los esbirros, los que se hartan.

¡Perros! Les grito, perros ¡Vendidos!,

Y solo escuchan mis ladridos…

¡Perros! Malditos, perros ¡Rastreros!

Y en mi ansiedad yo espero…

Mientras protegen a verdugos, se acrecientan nuestros yugos

Mientras ofrecen su vida, ahí alguien sigue en ayuno,

Y la vida les cuesta tan pronto como a ninguno, por que

Su carne esta en venta, para el que sufre de apuros.

Son vosotros, hijos de la maquina y de la malicia,

Del régimen de cráneos vacíos y de manos sucias,

Sucias no por trabajo, sino de injusticia, sois vosotros

Los que secan las lluvias, sangre, dolor, angustia…

¿Que pasa con ellos? Pero madre yo jamás seré un policía,

¡Hijo! Tú jamás serás militar, ¡Hermano! Tú jamás serás

Un banquero, ¡Abuelo! Luchar como vos siendo un obrero,

Contra el sol, con solo un sombrero.

Seré el miedo mas encarnado del burgués, seré la sombra

Que se arrastra bajo su alumbrado y su lámpara de lado,

Su cama será de alambre, pensando que ya se cae la tarde,

Seré su miedo, sus rejas, sus alarmas, nervioso alarde.

¿A que le temes? A que reclame lo que por derecho nos

Pertenece, o simplemente es que no puedes vivir sin tele,

O es que a la oscuridad le temes, soy el demonio, cuando

Tu luz se apague podrás ver a este horrible nene.

Talacho.

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